La economía colaborativa en el turismo ha llegado para quedarse y la necesidad de una regulación es imperiosa para mantener la competitividad de España como destino, según se puso de manifiesto en los últimos días en varios de los debates que tuvieron lugar en Inturtech 2015
Nota 1: Texto publicado inicialmente en Hosteltur. Republicado con adaptaciones menores y extendido en su parte final.
Nota 2: Varios comentarios en el artículo original y en twitter indican que lo dicho en el evento apunta más a «desregular» los entornos tradicionales y no tanto regular la economía colaborativa
«Esta tendencia no se puede parar»
El presidente de Room Mate Hotels, Kike Sarasola, comentó que «hay que hacer una regulación inteligente, hay que adaptarse porque hay otros destinos en el mundo que ya lo están haciendo», y entiende que España debe afrontar esta labor para no perder competitividad. Por su parte el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Rafael Gallego, afirmó que es necesario legalizar antes de que se produzcan algunos problemas, y en concreto se refierió a las viviendas turísticas, que pudieran perjudicar a la imagen de un destino o incluso a toda la imagen de España.
Gallego afirmó que además, esta tendencia no se puede parar, «si no le damos al cliente la oportunidad de alquilar una vivienda se va a ir a otro sitio». En este sentido, aseguró que «las agencias no van a desaprovechar la ocasión de incluir en nuestras ofertas todos los establecimientos que cumplan las exigencias de calidad y estén legalizados, y los turoperadores tampoco».El moderador del debate, Fernando Gallardo, crítico de hoteles de El País, defendió que «en la transición hacia la economía digital el consumidor se ha convertido en protagonista» y esto ha revolucionado el sistema porque en la economía tradicional «las empresas tenían el rol dominante pero los usuarios se incorporan ahora a ese protagonismo y todas las normas que había a favor de la empresa se van modificando por el control que adoptan los consumidores en el sistema».
Además podemos estar contentos del nivel de innovación de las startups de turismo colaborativo en España.
Contra la economía sumergida
Por su parte, el secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Ramón Estalella, afirmó que «el sector hotelero ha convivido siempre con el alquiler de viviendas, lo que no quiere es que haya ahora un auge tan importante que haya un problema con lo no regulado».Estalella destacó que, según la estadística oficial, 17 millones de turistas extranjeros llegaron a España el año pasado para alojarse en casa de amigos y familiares. «Yo no me lo creo», afirmó, «lo que existe es una enorme economía sumergida». Por otro lado, propuso que quizá una fórmula adecuada para regular las viviendas vacacionales sería hacer algo parecido a la legislación que rige las pensiones para que «se establezcan garantías para el consumidor, sean fiscalmente transparentes y que el empleo sea legal».El director de turismo, ocio, transporte y restauración de IECISA, Pedro Antón, afirmó que los empresarios han alimentado un exceso de legislación para poner barreras a la entrada de otros, pero Estalella defendió que no es así, y que de hecho «nosotros pedimos a la Administración que haya menos legislación», ya que considera que el sector hotelero en concreto está sometido a demasiadas normas.Antón afirmó que «el reto de la economía colaborativa es la gestión del cambio», es decir, cómo gestionar casos como el de los taxistas que han pagado tanto por sus licencias y que ahora ven que llegan otros que alquilan su coche sin más.
Copiarlo y mejorarlo
Durante su ponencia anterior al debate, Kike Sarasola remarcó que en su caso, con la creación de BeMate lo que ha hecho es que «mientras otros pensaban que había que prohibir los nuevos P2P, yo pensé, vamos a copiarlo y vamos a mejorarlo».
Lo que hace BeMate es ofrecer únicamente apartamentos que ya han sido revisados por su equipo, que comprueba la calidad, y que además ofrecen servicios adicionales opcionales gracias a la cercanía de sus propios hoteles de RoomMate, algo que Airbnb o HomeAway no están haciendo. Afirma que vio una gran oportunidad y que pensó que BeMate puede ser diez veces más grande que RoomMate. «Lo que hemos hecho es unir el mundo de los hoteles con el mundo de las nuevas tecnologías».Sarasola comparte con Estalella que «hay que desregular un poco el sector hotelero», a la vez que afirma que «hay que regular con inteligencia el sector de la economía colaborativa», y que en «España tenemos que aprender a copiar, hay que copiar lo que funciona».El Foro Inturtech 2015 ha tenido lugar en Córdoba los días 7 y 18 de febrero en el Álcazar de los Reyes Cristianos. El evento está organizado por el Ayuntamiento de Córdoba, mientras que Hosteltur actúa como media partner y colaboran también Segittur
Los frentes abiertos de Airbnb en Barcelona
Además de hablar de lo general como se hace en un evento como el celebrado en Córdoba, en ConsumoColaborativo, nos gusta entrar en la realidad y los detalles que es de donde más se aprende. Veamos que está ocurriendo con Airbnb en Barcelona
Los vecinos se ofrecen a recaudar la tasa turística
El año pasado en Barcelona, Anfitriones en Acción, nació para defender al colectivo, y ha llegado a sumar más de un millar de barceloneses con habitaciones alquiladas en su domicilio. Ahora se han constituido como asociación Anfitriones en Barcelona, para tener personalidad jurídica y ser una entidad con peso en el debate acerca del modelo turístico de la ciudad condal.
Uno de los puntos donde Anfitriones en Barcelona manifiestan unanimidad es en su plena disposición para recaudar la tasa turística, como hacen los hoteles y otros establecimientos. «Ahora no podemos hacerlo aunque queramos», se quejan. E insisten en que, aunque la economía sumergida es una realidad en esta actividad, son muchos los anfitriones que declaran fiscalmente estos ingresos, que las propias plataformas de contacto les contabilizan y comunican al acabar el año. En otros países, Airbnb ya la recauda durante la gestión de reserva.
En Catalunya se avendrían a hacerlo si así se pactara con la Administración, pero si uno se pone en el papel de la administración aceptar este pago de impuestos también representa la legitimización de la actividad. Es por ello que la Administración se esta resistiendo a esta medida que parece tan obvia, simple y que les permitiria recaudar una buena cantidad de impuestos.
Las licencias turísticas se disparan de precio
Por último y para el debate, debido a la escasez de las mismas, la licencias para pisos turísticos han llegado a valer 90.000€ para los barrios más turísticos de Barcelona. El precio original era de 227€.
Negar las evidencias y los problemas no es una táctica sostenible a medio plazo. Las autoridades deberán tomar cartas en el asunto de manera proactiva y, sobretodo, creativa.