La multa de 30.000 euros de la Generalitat a Airbnb recrudece la batalla legal del consumo colaborativo

La multa de 30.000 euros de la Generalitat a Airbnb recrudece la batalla legal del consumo colaborativo

La Generalitat de Cataluña multa a Airbnb con 30.000€ por comercializar apartamentos turísticos ilegales. El gobierno central aprueba de manera discreta las limitaciones en el equity crowdfunding. Fomento busca las cosquillas a BlaBlaCar. Por no hablar de Uber claro. Pasen y vean.

La economía colaborativa, la economía pirata

En palabras de Francisco Aranda, presidente de Asuntos Laborales de CEIM-CEOE, en ABC: «Lo quieren llamar economía colaborativa, pero en la mayoría de los casos se trata de piratería. Está generándose en nuestra sociedad un peligroso fenómeno de intercambio de bienes y servicios que, detrás de una falsa imagen amable, esconde insumisión fiscal, ausencia de garantías y derechos para los consumidores y competencia desleal. A mi juicio, es un mecanismo antisistema de hacer negocios porque se trata de vender productos o servicios, sin atender a las reglas establecidas que todos estamos obligados a cumplir, independientemente de que nos gusten más o menos.»

Pero como nos recuerda Javier de la Cueva «Quienes nos llaman piratas esconden su condición de corsarios. Así que la próxima vez que le llamen pirata, recuerde que los corsarios y los piratas solo tenían una diferencia entre sí: mientras unos tenían formidables ejércitos, los otros solo operaban con un bajel.»

Piratas por todas partes

Tras imponer sanciones por 537.000 € a viviendas vacacionales y apartamentos la semana pasada, la Generalitat de Cataluña acaba de ser una administración pionera en la Unión Europea al imponer ayer una multa de 30.000€ a Airbnb por comercializar pisos turísticos ilegales. La sanción obedece a que la Generalitat ha constatado que la empresa norteamericana intermedia entre turistas y propietarios de viviendas que no han sido debidamente inscritas en el Registro de Turismo de Cataluña. Además, el portal ofrece habitaciones en domicilios particulares, lo cual está prohibido por la normativa catalana. En caso de que Airbnb no retire del portal las viviendas no habilitadas para ser alquiladas a turistas, la Generalitat se plantea iniciar un procedimiento para impedir que se pueda acceder a la plataforma desde Cataluña.

La infracción ha recibido la máxima multa posible al considerar los perjuicios causados al resto del sector reglado por competencia desleal, el beneficio ilícito obtenido, el volumen económico de la empresa y la trascendencia social de la actuación infractora para el interés turístico, puesto que el viajero cree que está contratando un servicio legal.

Impacto económico Airbnb

Por su lado Airbnb ya ha respondido explicando que la multa «frenará» la ciudad de Barcelona, que ahora es el tercer mercado de la compañía en todo el mundo, por detrás de Nueva York y París y en igualdad de condiciones con Londres. La plataforma ha afirmado que está analizando la decisión y sopesando sus «alternativas legales» para afrontar la sanción de 30.000 €. «Seguiremos aportando información consistente acerca de la normativa en Barcelona y pidiendo a todos los anfitriones que la sigan», añade la empresa.

Anticipándose a esta multa los anfitriones de Airbnb iniciaron una campaña para defender lo que consideran su legítimo derecho para alquilar una parte o la totalidad de su vivienda mediante el portal. La campaña ha incluido una manifestación en la Plaça Sant Jaume el pasado 3 de julio y también una petición al Alcalde de Barcelona en Change.org para «pedirle su colaboración para trabajar junto con el gobierno catalán, con el objetivo de aplicar una nueva legislación que contemple esta actividad en Barcelona y Cataluña de forma justa y ecuánime.»

Protesta Airbnb

El sector turistico representa el 12% del PIB en España (y más en algunas regiones). La verdad es que el turismo colaborativo (o pirata) está cambiando la manera cómo viajamos. Algunos artículos ya han especulado que el siguiente sector cabreado será el de la restauración. Darle la espalda o prohibir este fenomeno no ayudará al inevitable acercamiento de posiciones. Si os interesa el tema os recomiendo este informe de Hosteltur y el número de julio-agosto de Alternativas Económicas.

Alternativas Económicas

Dentro del turismo colaborativo muchas veces también se incluye a los servicios de compartir trayectos como BlaBlaCar, Amovens o Carpooling. Como BlablaCar ha comenzado un programa piloto para cobrar un 10% de comisión en la intermediacion entre usuario y conductor, el Departamento de Fomento ha iniciado un expediente administrativo a la plataforma de viajes compartidos en respuesta a las demandas de la patronal de autobuses. La patronal achaca al coche compartido la mitad de la pérdida de viajeros que ha sufrido durante el primer trimestre del año 2014. Casualidad, o no, todo esto ocurre justo cuando el Gobierno concede nuevos monopolios en el transporte de autobús.

En todo caso BlaBlaCar puede estar contento por los 100 millones de € de inversión y por el premio Nacional de Marketing a la Innovación. Vincent Rosso, director de BlaBlaCar en España, mantiene el tono conciliador en una reciente entrevista: «El consumo colaborativo puede coexistir con la economía tradicional».

BlaBlaCar

El último barco pirata está lleno de inversores en startups potencialmente ignorantes sobre lo que deciden hacer con su dinero. La semana pasada, sin hacer mucho ruído, el Gobierno fijó una regulación para el funcionamiento del sistema del equity crowdfunding. Dicen que «se persigue impulsar una nueva herramienta de financiación directa de proyectos empresariales en sus fases iniciales y además de proteger a los inversores» y por ello, se fijan límites por inversor tanto por proyecto (3.000 euros) como por plataforma (6.000 euros por año). Si uno puede comprar tanta lotería como quiera o ir casino (o la bolsa) y jugarse todo el dinero del que disponga, ¿a qué vienen estos límites? ¿Se siente la banca amenazada? Como bien dice el brillante Marc Vidal: «La banca deberá conjugar el verbo compartir»

Y ¿qué se consigue?

En nuestro blog amigo EColaborativa se preguntan: ¿Qué se consigue prohibiendo servicios digitales como los que ofrece Airbnb?:
1) Hacer patente el fracaso de los poderes públicos en generar un diálogo constructivo con todos los actores implicados en estas actividades.
2) Alejar a Barcelona, y por extensión a Cataluña, de la innovación, de políticas sobre emprendeduría y, en especial, del ámbito de la economía colaborativa.
3) Si se llega al bloque del portal en Cataluña se generarán mercados negros y de actores que operarán fuera del país con menores niveles de garantías y seguridad para los usuarios así como una menor capacidad de recaudación fiscal por parte de la administración
4) Incidir negativamente en la imagen internacional de Barcelona
5) Reducir la oferta y calidad de servicios turísticos en el territorio, considerando que cada vez más se demanda este tipo de alojamientos por particulares que buscan experiencias en sus viajes vinculadas a un mayor contacto con los residentes,

Desde Europa la Comisión Europea ha venido rechazando la idea de multar a los usuarios de servicios de estos servicios por considerar que se trata de una “medida extrema” y ha reclamado que las autoridades nacionales dialoguen con las empresas para buscar una solución. “Lo importante es que haya un diálogo. No se resuelve nada recurriendo a medidas extremas y creo que la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Agenda Digital, Neelie Kroes, tendría varias preguntas acerca de si es una buena manera de abordar la situación de comenzar a multar a individuos que quizá sólo sean turistas”, ha explicado su portavoz, Ryan Heath.

Termino este extenso artículo con Clay Shirky quien nos recuerda que nada de esto es nuevo. Siguiendo el ejemplo de Napster en su día se puede ver como este tipo de innovaciones disruptivas pasan por cinco etapas: 1) Posibilidad técnica, 2) Adopción social, 3) Reacción regulatoria, 4) Desobediencia civil y 5) Acuerdo entre las partes. En la economía colaborativa estamos entre las fases 2 y 3 en este momento.

¿Comentarios?


Imagen de portada de Wikipedia bajo licencia CC-BY-SA 3.0

Ingeniero multimedia fascinado por aplicar los modelos disruptivos de internet fuera de internet fundó ConsumoColaborativo.com en 2011 y ha formado parte de la vanguardia del movimiento desde entonces, siendo referencia en lengua española, ejerciendo de Conector de OuiShare para España y América Latina y formando parte del equipo de Global Curators de CollaborativeConsumption.com.




3 Comments


  1. Eat With es el mismo problema. Al parecer publican tiendas ilegales como ese:

    http://www.eatwith.com/XXXXX — EDITADO

    esa tienda según la guardia urbana NO tiene licencia para organizar eventos, ni como bar ni como restaurante. simplemente organizan eventos ‘ilegales’ molestando a la gente que vive en el edificio.

    eat with al parecer ‘tendria’ oficina en barcelona, pero su representante XXXX confirmo que NO tienen oficina ni tienen un abogado de contacto. XXXX de eat with trabaja desde su piso en barcelona, al parecer No se sabe donde tendrían headquarters en San Francisco, porque allí tampoco parecen registrados. el ceo NO quiere quitar el host ilegal de su pagina eat with, como lo hemos pedido. no creo que haya gente que va a cenar y llega la sorpresa de la guardia urbana, porque todo es ilegal… ademas según eat with se trata de comer en casa de la gente, mientras eso es una tienda… sin licencia para cenas y eventos!

    quien quiere realmente cenar en sitios ‘ilegales’? como pueden garantizar los clientes? si un día llegan los ladrones a casa… a ver el momento cuando llega un escándalo, esperamos que paguen las consecuencias…

    parece MUY MUY mala idea! yo he podido comer con gente local por todo el mundo sin eat with durante 30 años y sigo haciendolo sin eat with…

  2. Aquí el problema es que este es un país de neardentales, en el que todo el mundo va de ‘progre’ y de ‘buen samaritano’ con todos menos con sus vecinos.
    La avaricia del sector hostelero, no tiene límites, y éso ha sido aprovechado por el gran parásito que es el Estado, para intentar meter mano a la economía colaborativa, así de sencillo.
    El Estado no ha cambiado desde que un gran carro conducido por un recaudador, y escoltado por media legión de romanos, recorría los pueblos para ROBAR a los pobres campesinos, sólo que hoy en dia es Hacienda y la Policía la que se encarga del tema.
    Aquí nadie se niega a pagar, pero queremos pagar para tener: Educación gratuita, carreteras en condiciones y Sanidad de calidad, no para pagar subvenciones, ayudas y dejar dinero en cuentas a merced de 4 ladrones profesionales disfrazados de políticos.
    Lo dije, y lo diré, la mayor de las pruebas la teneis en la Seguridad Social, que paga las pensiones NO con el dinero de los que cotizaron, sino de los que cotizan ahora, y eso en mi pueblo se llama Estafa Piramidal!!! O sea que el Estado cierra algunas empresas acusándolas de Estafas Piramidales pero ellos lo usan para la propia Seguridad Social? jajaja. Es de risa!
    Pero mientras tanto, los ovejos ciudadanos, a tragar y claro…..no pasa nada!!

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