El consumo colaborativo entra en la escuela de negocios y se generan debates muy relevantes e interesantes. ¿Cuáles son las 5 principales lecciones que nos hemos llevado?
El consumo colaborativo está para quedarse
Ya nadie hable del consumo colaborativo como de una moda pasajera sino que se habla de un cambio cultural. Desde eBay (el abuelo), pasando por Zipcar (el padre) para llegar a Airbnb (el adolescente) se ha aprendido mucho. Nadie sabe con precisión la forma de futuro de un sector en que las estimaciones siempre se miden en billones.
Sin confianza no hay transacciones (ni negocio)
La reputación y la confianza son elementos clave para que ocurran las transacciones. Esto aplica tanto a la propia plataforma (ofreciendo seguros, transparencia, a nivel técnico, con soporte a los usuarios, etc.) como a los usuarios (mecanismos de reputación y feedback, etc.).
Las plataformas que consiguen crecer más son aquellas donde se consigue generar confianza, y para negocios basados en comisión sobre transacciones la escala lo es todo.
El despertar de las empresas tradicionales
Además de la opción fácil (denunciar las innovaciones como algo ilegal), varias empresas tradicionales empiezan a ofrecer servicios colaborativos.
La automoción es el sector con ejemplos más interesantes (Citroen, BMW, etc. ) pero sin olvidar Marriot con LiquiSpaces o como TaskRabbit se ofrece para los negocios.
La escala ideal es la ciudad
El consumo y la economía colaborativa potenciarán el rol de las ciudades frente a entidades de mayor escala (las comunidades autónomas, los Estado o la Unión Europea incluso). Ya existen asociaciones de promoción del consumo colaborativo en sitios como San Francisco, New York o Seoul. En el ámbito de la producción ya hace tiempo que se habla de la crisis de las escalas.
La política pública será clave
La innovación socio-económica que representa el consumo colaborativo está generando tensiones con las leyes actuales que no están preparadas para ello. La velocidad y tamaño del consumo colaborativo dependerá en gran medida de las políticas públicas adoptadas, ya que para legitimar y dar seguridad a estas iniciativas la regulación es necesaria. No os perdáis el post en el blog del OuiShare Fest acerca de la Public Policy Jam
¿Te perdiste el evento?
Si no pudiste asistir al evento con Lauren Anderson en ESADE Barcelona, aquí te puedes hacer una idea.
Han aparecido artículos en IDEARIUM (El País), el blog de Marketing & Society de Gerard Costa y una interesante entrevista a Lauren en Ara.cat (requiere suscripción)
Muy recomendables también de leer textos escritos por algunos de los asistentes:
* De Victoria Ducournau (Realidades Digitales) en tres partes: 1,2 y 3
* Desde Smartkidds escribieron: Un nuevo paradigma sobre consumo responsable.
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