«¿Colaboración o negocio? Consumo colaborativo: del valor para los usuarios a una sociedad con valores» es el título del Informe OCU sobre consumo colaborativo que se ha presentado esta mañana en la Universidad Complutense de Madrid. En las conclusiones se ofrecen 10 recomendaciones a las plataformas y 10 peticiones a los legisladores para poder compartir más y mejor
Vídeos de la jornada de presentación del estudio
El consumo colaborativo funciona
Las plataformas de consumo colaborativo que ponen en contacto a particulares (P2P) son útiles para sus usuarios: la gran mayoría de quienes las han usado están muy satisfechos con la experiencia y apenas han tenido contratiempos.
Estas son algunas de las conclusiones del informe “¿Colaboración o negocio? Del valor para los usuarios a una sociedad con valores» (Collaboration or Business? Collaborative consumption: From value for users to a society with values), que acaba de presentar la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El estudio (abajo hay el resumen ejecutivo en castellano, informe completo en inglés aquí), que indaga en el impacto del consumo colaborativo para los consumidores y la sociedad en general, evalúa diversos aspectos tanto legales como sociales de estas plataformas y señala que entre ellas existen distintas orientaciones y niveles de desarrollo.
Las 4 preguntas sobre las plataformas de consumo colaborativo
Conscientes de la relevancia del fenómeno del consumo colaborativo y de lo poco que todavía se sabe de él, OCU y las organizaciones de Bélgica (Test Achats/Test Aankoop), Italia (Altroconsumo) y Portugal (DECO-Proteste) pusieron en marcha a principios de 2015 una investigación que indaga en sus efectos para los consumidores y para la sociedad.
El trabajo de investigación que ahora se presenta involucró a usuarios, expertos y plataformas y, como punto de partida, se propuso responder a varias preguntas cruciales:
1) ¿El consumo colaborativo P2P añade valor a los consumidores? ¿Es útil? ¿Se realiza en un entorno seguro? ¿Genera problemas específicos?
2) ¿Qué responsabilidades legales tienen las plataformas y los usuarios en sus distintos roles: consumidor y prosumidor (particular que ofrece bienes y servicios a cambio de dinero o de otras gratificaciones)? ¿qué cambia cuando el proveedor de
servicios es una empresa o profesional? ¿Respetan las plataformas sus obligaciones legales con los usuarios?
3) ¿Son actividades que producen los supuestos impactos beneficiosos a nivel económico, social y medioambiental que se les atribuyen? En definitiva ¿crean valor para la sociedad?
4) Y, por último, ¿consiguen las plataformas un verdadero cambio de paradigma económico creando interacciones entre los usuarios basadas en la colaboración y la confianza, o es solo otro canal para los negocios de siempre?
3 tipologias de plataformas
Uno de los puntos destacados del informe, sobretodo en relación a la cuarta pregunta, es la segmentación de las plataformas en 3 grupos: 1) Plataformas están orientadas a la conexión de usuarios en redes de relaciones basadas en intereses comunes y en su reputación virtual (46%) 2) Plataformas están orientadas a la transacción: su objetivo es facilitar intercambios prácticos entre sus usuarios (28%) 3)Plataformas estudiadas están orientadas
a la comunidad y se plantean objetivos como mejorar la cohesión social o promover hábitos de consumo más sostenibles. (28% en el global, aunque sólo un 10% en el caso de España)
El estudio concluye que el verdadero valor de la plataformas es la calidad de la conexiones que generan entre sus usuarios y su capacidad de crear una ambiente seguro mediante el uso de reglas, buena información, sistemas de reputación virtuales, garantías o la mediación.
La mayoría de las plataformas de la oferta real la gente una solución práctica a sus problemas diarios y sólo algunos de ellos también como objetivo transformar la sociedad mediante la creación de una economía con más justo valores.
Recomendaciones para compartir más y mejor
A la luz de las conclusiones del estudio y siempre desde la perspectiva de OCU y las organizaciones de consumidores participantes en este estudio, planteamos 10 sugerencias de mejora para las plataformas y 10 peticiones a los legisladores.
10 sugerencias de mejora para las plataformas
cruzados (no publicar una evaluación hasta que la otra parte no ha proporcionado también la suya) y la verificación de identidad de los usuarios. También recomendamos que permitan a los usuarios ser “dueños” de su reputación virtual de forma que, en un futuro, sea posible transportarla desde unas plataformas a otras como una moneda social.
transparentes y rindieran cuentas de su impacto económico, social y medioambiental. La transparencia y la información detallada es la única forma de resolver la actual falta de evidencias sobre el impacto del consumo colaborativo.
10 peticiones a los legisladores
merecen tener una legislación clara que especifique la responsabilidad cuando se producen conflictos o problemas.
desleal y por su contribución positiva a la sociedad. En particular, dado que los puestos de trabajo
estables son cada vez más escasos y que los prosumidores pueden generar micro-ingresos mediante los servicios que prestan en CC (es decir, microtareas, turismo P2P, “social dining”), se debe diseñar un impuesto sobre las actividades de CC que sea «justo». En este sentido, sugerimos que los impuestos y las cuotas sociales se calculen sobre una base individual, en relación a los ingresos reales obtenidos por el prosumidor.
¿Harán caso a la OCU las plataformas y los legisladores?