Por qué la revolución será financiada colectivamente

Por qué la revolución será financiada colectivamente

La mayoría de las discusiones sobre el rol político que cumple Internet observa nuestra relación con la Web en base a su interpretación como un medio de comunicación tradicional.. En este artículo quiero resaltar el rol de Internet NO como medio de comunicación, sino en función de su relación con un modo de producción, esto es, las formas en como organizamos nuestra vida económica como sociedad.

Los que centran su análisis desde el punto de vista de Internet como medio de comunicación van desde los dicen que «la revolución no será twitteada» hasta quienes señalan que «twitter puede cambiar las estructuras de poder». Su reflexión se limita a las posibilidades de comunicación y organización que ofrecen las redes sociales y por lo general impera la idea del lenguaje constituyendo al mundo.

Yendo más allá quiero resaltar el rol de Internet no como medio de comunicación, sino en función de su relación con un modo de producción, esto es, las formas en como organizamos nuestra vida económica como sociedad.

El movimiento copyleft nace bajo esta categoría de análisis, ya que nadie podría negar que el software cumple un rol fundamental en la forma de organización económica en estos días, y es por esto que no creo que el análisis sobre el potencial de Internet deba darse en base a las redes sociales, sino a los campos de acción que posibilita. Ya exploré un poco el tema en este artículo sobre el modo de producción P2P, por lo que en estas líneas quiero concentrarme en particular en el crowdfunding, mecanismo de financiamiento que trae consigo la posibilidad de pensar una forma distinta de entender la producción de bienes y servicios.

El potencial a gran escala del financiamiento colectivo para la producción radica en que esta podría depender directamente de la demanda y no de la supervivencia de los bienes en un mercado sin reglas como en la actualidad. Si existe suficiente gente dispuesta a comprar un bien, es probable que éste se produzca. Esta situación es fundamental porque va en directa contraposición a una de las características estructurales del modo de producción capitalista: las crisis de sobreproducción.

Es obvio que por sí misma la posibilidad de financiar colectivamente ciertos proyectos no es propiamente revolucionaria. El carácter político detrás de los proyectos es también fundamental, pero las posibilidades de soluciones de tipo mutualistas, que no recurren a la propiedad intelectual y que crean beneficios de bien común son mucho más probables en los ambientes de producción distribuida.


Pero además el crowdfunding posibilita la acción donde antes no había sino sólo un estado de reposo (por ejemplo en la demanda colectiva a Rodrigo Rato en España), de imposibilidad perpetuada por las formas de relación del modo de producción capitalista.

Esta nueva forma de producir, también posibilita nuevas formas de pensar nuestra organización social.

En este sentido, la crítica a esta forma de pensar es evidente: frente a la realidad de un mundo con alta concentración de la propiedad y la riqueza, el crowdfunding es una parte minúscula de la producción, por lo que su influencia real es muy limitada. En la P2P foundation han dado un debate sobre este tema, poniendo en contraposición la idea clásica de la revolución, que apuesta por la recuperación de la propiedad de los medios de producción por parte de los trabajadores, con la idea de un modo de producción P2P basado en la producción local y distribuida.

Uno de los puntos principales es el siguiente: ¿se puede hacer algo frente al estado actual de concentración de la propiedad?

La respuesta a esta pregunta se basa en el potencial revolucionario de una nueva forma de entender la producción: «Cosas como el financiamiento colectivo, el préstamo social, aunque son prácticas de mercado, pueden ser utilizadas por capas lo suficientemente inteligentes para saltar las limitaciones que han sido impuestas por el capital en los actores pequeños con anterioridad. Además, si lo que dices es correcto, no habría nada que hacer ¿verdad?»

La respuesta para la concentración es la distribución de la producción.

Otra de las críticas que se lanzan a Internet tiene que ver con su posibilidad de movilización real que apunte a un cambio en la estructura social y política. Nuevamente, en «la revolución no será twitteada» se señala lo siguiente:

El activismo que desafía el statu quo –que ataca problemas profundamente enraizados– no es para los ánimos vacilantes… [quienes participan en movilizaciones históricas] eran en su núcleo un fenómeno de fuertes lazos personales.

Creo que con el crowdfunding se respeta esta teoría, ya que existe la posibilidad concreta de construir lazos y comunidades. (artículo anterior «crowdfunding más allá del dinero») El apoyo monetario no es necesariamente creador de vínculos, pero sí demuestra un grado de compromiso con las ideas superior, dando bases para la creación de comunidades con lazos más fuertes. Las ideas que buscan financiamiento por lo general nacen desde la profundidad de relaciones complejas, y gracias a las comunidades virtuales existe una posibilidad real de encontrar dinero suficiente para hacerlas realidad. El crowdfunding invita a la acción y no solo a la reflexión.

Uno de las desafíos más importantes es vincular a las comunidades locales con estas posibilidades. Mostrar a las organizaciones sociales que pueden encontrar nuevos proyectos vinculados a sus objetivos, o buscar formas de realizar ideas que de otra forma no podrían ejecutarse. También es importante desarrollar mecanismos que faciliten el traspaso del dinero, ya que al menos en Chile solo se puede participar en sitios de crowdfunding con una tarjeta de crédito (que no todos poseemos).

Cambiar nuestras condiciones depende de lo que hagamos, no sólo como sujetos políticos, sino que también en la medida que nos liberemos de conceptos como la propiedad intelectual y seamos capaces de producir sin estar determinados por la «lógica de mercado» dominante.

Para finalizar les dejo un proyecto que busca financiamiento para hacer una guía del crowdfunding, recopilando casos exitosos y las mejores formas para lograr los objetivos buscados.(nota: el autor ha cancelado el proyecto hace pocos días)


El artículo original (bajo licencia CC BY-SA-3.0 Chile) fue publicado en La Manzana Mecánica y su autor es Pablo Carcamo

Imagenes: cobalt123’s photostream @Flickr (CC), Lost Albatross’ photostream @Flickr (CC), ‘Mavis’ photostream @Flickr (CC)

Ingeniero multimedia fascinado por aplicar los modelos disruptivos de internet fuera de internet fundó ConsumoColaborativo.com en 2011 y ha formado parte de la vanguardia del movimiento desde entonces, siendo referencia en lengua española, ejerciendo de Conector de OuiShare para España y América Latina y formando parte del equipo de Global Curators de CollaborativeConsumption.com.



2 Comments


  1. Hola Albert

    Interesante artículo.
    Por si quieres ahondar en el tema, el concepto de que la demanda cree el producto hace tiempo que está implantado en cadenas de montaje como las de Toyota, que usa el método LEAN para optimizar recursos y producir sólo cuando hace falta, de modo que minimizan los stocks y evitan derroches. Si no hay demanda, la cadena se para, y si la demanda crece, se vuelve a poner en marcha.

    Hace tiempo que pienso que Internet junto con las herramientas que vayan surgiendo por encima será capaz de coordinar el trabajo y los esfuerzos de los ciudadanos para llevar a cabo grandes proyectos, tanto de comunicación y cambio de conciencia como de productos de consumo.

    En estos tiempos en los que hay tanto desempleo, una gran parte de la población puede volcar sus energías en este tipo de iniciativas y producir grandes cambios.

    Enhorabuena por el blog.

    Un saludo.

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