Nuestro sistema financiero recién rescatado por la UE, millones de personas sin empleo ni ingresos, los salarios y las pensiones cada vez más bajos, el crédito restringido tanto para familias como para empresas y, por supuesto, recortes y más recortes. Con este panorama no cabe duda que la pregunta del millón es, ¿Cómo vamos a vivir… sobre todo, cómo vamos a consumir?.
Lejos de encontrar una respuesta evidente, lo que sí está claro es que la crisis actual representa un escenario perfecto para la inventiva, las ideas originales y la recuperación de algunos valores y prácticas del pasado con el objetivo de encontrar algún camino que nos evite caer en el abismo.
¿Y cuáles son estas iniciativas? Pues como ya sabemos están apareciendo alternativas al consumo convencional, como los mercadillos de segunda mano y de trueque, los bancos de tiempo, las monedas sociales y otros cientos de proyectos de consumo colaborativo que fomentan el compartir y la reutilización de los recursos utilizando internet como herramienta principal.
Al margen de estos planteamientos que implican en mayor o menor medida una negociación entre los usuarios (con el fin de llegar a un acuerdo de intercambio), también está en auge una nueva tendencia que va un paso más allá, la denominada Gift Economy o Gift Culture, que suele traducirse como la Economía del Don o Cultura del Regalo.
La Cultura del Regalo
La Cultura del Regalo representa la expresión de dar sin esperar nada a cambio, un movimiento en auge que reúne a las iniciativas que crean relaciones y comunidades de personas donde se ofrecen bienes y servicios sin un acuerdo explícito para conseguir un pago inmediato o futuro sobre los mismos, contrariamente a lo que se hace en la compra-venta, trueque o cualquier otro tipo de actividad de consumo donde se produce un intercambio.
Se ofrecen bienes y servicios sin un acuerdo explícito para conseguir un pago inmediato o futuro sobre los mismos.
Si bien los orígenes de la Cultura del Regalo son inciertos, hay antropólogos que afirman que las sociedades cazadoras-recolectoras funcionaban básicamente como Gift Economies (y no utilizaban trueque como se suele pensar). Por otro lado Lewis Hyde, autor de “The Gift”, pone como ejemplo el ritual Kula, un círculo de regalos ancestral que sigue realizándose en la actualidad en los archipiélagos de Papúa Nueva Guinea. También existen rituales similares en otras islas del Pacífico desde hace siglos.
Sin embargo, no hace falta viajar al pasado ya que en la actualidad tenemos un ejemplo muy claro: los círculos familiares y de amigos, en ellos estamos acostumbrados a regalarnos cosas y hacernos favores para cubrir necesidades sin negociación ni intercambio de por medio, pues consideramos que se tratan de relaciones de confianza y apoyo mutuo.
De todas maneras, lo que realmente nos interesa aquí es averiguar si se podrían crear este tipo de relaciones con personas ajenas a nuestros círculos más cercanos. ¿Es posible cubrir nuestras necesidades (sin recurrir al dinero ni al intercambio) interactuando con decenas, cientos o miles de personas? Veamos algunos ejemplos.
Tiendas Gratis
Como su nombre indica son tiendas donde los artículos no tienen ningún precio, sino que son gratis. Las Umsonst Landen (tienda gratis en alemán) se hicieron muy populares a finales de los 90 en Alemania y en ellas se pueden encontrar todo tipo de objetos usados como ropa, cds, libros, juguetes y otros artículos que esperan a que alguien se los lleve gratuitamente.
En España también podemos encontrar tiendas gratis normalmente ubicadas en centros okupas siendo las pioneras las de La Tabacalera y el Patio Maravillas en Madrid y la de Can Masdeu en Barcelona.
Givebox
La Givebox es una iniciativa actual que se está poniendo en marcha en Berlín cuyos precursores prefieren mantenerse en el anonimato. La idea consiste en la instalación en la calle de una especie de quiosco en el que se pueden dejar o recoger ropas y otro tipo de objetos para que quien quiera pueda pasar a mirar y coger lo que desee de manera gratuita.
En realidad es similar a una tienda gratis, con la originalidad de que se puede adquirir el quiosco de manera prefabricada y montarlo uno mismo.
Gratiferias
Las Gratiferias son como los típicos mercadillos de calle con la diferencia de que todo es gratis. “Trae lo que quieras (o nada) y llevate lo que quieras (o nada)”, este es el lema de esta propuesta tan original donde es posible ofrecer lo que ya no se usa y obtener lo que se necesita sin utilizar dinero ni hacer ningún tipo de intercambio o trueque.
El ideólogo y fundador de las gratiferias es el argentino Ariel Rodríguez Bosio y la idea empezó a tomar forma en los inicios del 2010 en Buenos Aires y otras ciudades de Argentina y Uruguay, extendiéndose progresivamente por Latinoamérica y llegando a España en este año y ya se han celebrado gratiferias en Valencia, Barcelona, Sevilla y Málaga. Nuestro amigo Alejo Molochnik residente en Buenos Aires realizó y editó (y todo ello gratis!) la siguiente entrevista a Ariel Rodríguez. Gracias a ambos!
Esta iniciativa es muy similar al Really Really Free Market que desde mediados del 2005 se lleva realizando en San Francisco y en otras ciudades de los EEUU. Ambos proyectos buscan romper con la lógica de la economía tal como la conocemos, minimizar el impacto ambiental, disminuir el volumen de basura que generamos y cambiar los hábitos consumistas.
Gift Circles
Otra posibilidad para cubrir necesidades (más allá de las materiales) es el concepto del Gift Circle. Desarrollado por Alpha Lo es una práctica que se está extendiendo por los Estados Unidos y consiste en realizar una reunión semanal, donde los participantes exponen una o más cosas que les gustaría ofrecer y qué necesidades les gustaría cubrir a través del grupo.
Al parecer, muchas veces, se produce una mágica sincronicidad para cubrir las necesidades que van apareciendo.
¿Necesitas que te lleven al aeropuerto el viernes? ¡Qué curioso, mi marido también tiene que volar ese día!
Con el tiempo, los miembros del grupo van conociéndose mejor y se sienten más confortables para pedir y ofrecer a otros que forman parte del círculo, creciendo de este modo el sentimiento de comunidad.
Aquí os dejamos un vídeo donde el creador del concepto explica como funciona un Gift Circle en 2 minutos.
Ejemplos en el mundo online
La expansión de internet es un testigo privilegiado del resurgir de las Culturas del Regalo. Para entender su evolución es necesario comprender que muchos aspectos de la cultura digital no se ajustan a los principios económicos tradicionales que no consiguen explicar ni el copyleft, ni la cantidad de sitios webs, ni de programas de software libre, ni de sistemas para compartir archivos entre iguales que funcionan como un sistema abierto y comunal para compartir y gestionar recursos.
Con las teorías económicas convencionales tampoco se puede explicar como miles de programadores repartidos por todo el mundo trabajan gratis y ofrecen el código fuente de sus programas en internet, de manera que cualquiera puede copiarlo o, lo que es más importante, modificarlo y mejorarlo.
A pesar de no conseguir dinero, con su actitud estos programadores consiguen prestigio y respeto, mientras que el conjunto de la comunidad y otros usuarios se benefician de un mejor programa. No cabe duda que pertenecer a una comunidad en la que se comparten, no sólo código fuente, sino valores morales y objetivos sociales, puede ser una potente fuerza creativa por sí misma.
Por otro lado ni que decir tiene el caso de Wikipedia, con la que podemos cubrir nuestra necesidad básica de conocimiento con los más de 20 millones de artículos en 282 idiomas y dialectos redactados por voluntarios de todo el mundo. ¡Esto sí que es un gran regalo al mundo!
Otro caso más que remarcable también es el de Couchsurfing. Desde sus inicios en 1999, su objetivo ha sido el de crear una comunidad global donde sus usuarios ofrecen alojamiento gratuito para poder viajar y conocer culturas a través de fomentar la hospitalidad.
Hoy en día hay otras webs similares, pero sus casi 5 millones de usuarios en 207 países demuestran como la reciprocidad indirecta (tú me alojas, y otros te alojarán a ti) es un atractivo suficiente para crear una comunidad donde sus miembros interactúan sin esperar un beneficio inmediato.
La reciprocidad indirecta (tú me ayudas y otros te ayudarán a ti) es un atractivo suficiente para crear una comunidad donde sus miembros interactúan sin esperar un beneficio inmediato.
El caso de Freecycle también es asombroso. En mayo del 2003 su fundador envió un email a unos 40 amigos explicando la idea de fomentar el reciclaje a través de la creación de una lista de emails en la que se compartieran objetos materiales entre sus miembros. Hoy en día tiene casi 9 millones de miembros repartidos por todo el planeta.
Siguiendo este ejemplo encontramos a nivel nacional nolotiro.org y segundamanita.com (con código abierto basado en Nolotiro). Nolotiro empezó su andadura a finales del 2008 y gracias al cual a día de hoy se evita que entre 6.000 y 10.000 objetos al mes vayan a la basura. Aquí os dejamos un vídeo de 1 minuto donde se explica la idea:
Más recientemente una nueva ola de proyectos están creando herramientas para que sus usuarios cubran sus necesidades sin recurrir al dinero ni el intercambio. En ellas la propuesta es similar, pero va más allá del reciclaje de bienes materiales. En estas plataformas se pueden ofrecer o pedir todo tipo de regalos y préstamos de cosas, compañía y cuidado de personas, consejos, asesoramiento y cualquier otro tipo de favor que necesitemos.
Entre otros proyectos de este tipo encontramos a Szivesseg.net, StreetBank, Sharedearth y Giftflow a nivel internacional y Favorece a nivel nacional, plataformas de las que hablaremos más detalladamente en un artículo futuro.
Teorías que explican el porqué de los regalos
Podríamos preguntarnos cómo es posible que unas comunidades estructuradas sobre la confianza, el trabajo voluntario y la colaboración pueden ser más eficientes y flexibles que muchos intercambios convencionales que se producen en el mundo real.
Los sociólogos llevan mucho tiempo intrigados por este tipo de iniciativas desinteresadas. Muchos se preguntan qué es lo que motiva a las personas a participar en ellas…. si a priori no hay intercambio, ¿qué beneficios se obtienen al participar en un proyecto o comunidad de este tipo?
Según un estudio realizado por investigadores de la University of California (Berkeley) y la Stanford University dar algo sin esperar nada a cambio nos hace sentir mejor que obtener alguna compensación inmediata al realizar un intercambio. Además este estudio, que encuestó a 1300 usuarios de Freecycle y Craigslist, concluye que los usuarios de Freecycle se sienten más conectados entre ellos, lo que hace crecer un espíritu mayor de comunidad.
El físico y filósofo alemán Stefan Klein nos da más pistas en “La revolución generosa”, un libro resultado de una investigación científica rigurosa que demuestra por qué la colaboración y el altruismo son el futuro y por qué estas actitudes nos hacen más felices. En él encontramos afirmaciones como las siguientes:
«Los hombres que prestan ayuda a otros viven por regla general más sanos y contentos y a menudo tienen más éxito que sus contemporáneos que sólo piensan en su propio bienestar.» (pág 13)
«Las investigaciones neurológicas demuestran que el altruismo activa en el cerebro los mismos mecanismos que el hecho de disfrutar de una tableta de buen chocolate o también del sexo.»
(pág 14)
«Puede que para muchos sea inusual dejarse guiar por los intereses de otros. No obstante, la disponibilidad a prestar ayuda a otros es una actitud que se puede practicar hasta que resulte tan común como ir en bicicleta. El temor a ser explotado desaparece con el tiempo y con el ánimo para dar crece un sentimiento de libertad. Pues el altruismo nos hace felices y cambia el mundo.» (pág 299)
El altruismo activa en el cerebro los mismos mecanismos que el hecho de disfrutar de una tableta de buen chocolate o también del sexo.
El divulgador Charles Eisenstein explica en su libro “Sacred Economics” que los beneficios de las Gift Economies se dan en base a la reputación y el prestigio que cada usuario tiene dentro de su comunidad, y que este tipo de comunidades fomentan la gratitud y la aparición de la reciprocidad indirecta entre sus miembros.
Para Eisenstein la seguridad en la vida no viene tanto del tener bienes materiales, sino del dar a los demás y de las conexiones que creamos con ellos.
Para profundizar podeis ver este vídeo en el que Eisenstein nos narra por qué el presente actual es un buen momento para el cambio.
Conclusiones
Más allá de la caridad, el paternalismo o la bondad religiosa está el sentido común y la sociedad del crédito y del hiperconsumo de los últimos años no ha sido positiva para la mayoría de personas, siendo la crisis un reflejo de ello.
Si nos apoyamos en estudios que demuestran que la sociedad de consumo tal y como la conocemos ya forma parte del pasado, podemos afirmar que en los próximos años se avecinan cambios muy profundos a todos los niveles económicos y sociales.
Uno de estos cambios, promovido también por el Consumo Colaborativo y la Cultura del Regalo, es la orientación al procomún y al acceso compartido de bienes y servicios vs. la búsqueda del beneficio a corto plazo y la acumulación de bienes de propiedad individual.
Equilibrar nuestras vidas entre un honesto egoísmo y una contribución positiva a nuestro entorno puede ser una buena pauta a seguir. Para ello este tipo de proyectos nos ayudan a realizar el cambio de paradigma necesario para recuperar los valores perdidos como el compartir, la colaboración y la confianza, a través de herramientas que despiertan el sentido de comunidad y fomentan unas relaciones sociales de más calidad humana, elementos que según «Happy, the movie«, serán la clave para incrementar nuestra calidad de vida y en definitiva para ser más felices.
Foto portada: http://www.nonstopco-op.com/
El autor de este magnífico e inspirador artículo es Cristóbal Gracia, economista de formación, con residencia actual en Barcelona y cofundador de Favorece, iniciativa de la que nos hablará en más detalle en el futuro.
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Me gusta este articulo porque va alla del paradigma de consumo. Cuando se habla de consumo colaborativo, sigue pensando que el consumo trae la felicidad. Sigue consumiendo pero de otra manera : consume con los demas, hace que el producto dure un poco mas, hace menos residuos, pero al final, sobre todo, sigue consumiendo.
Aqui el discurso va mas alla. Y encontré de nuevo lo que me gusta mas en la idea de una economía colaborativa : la comprensión de que una cosa intangible puede ser más buena que un producto de consumo. Para mi, lo original en la economía de colaboración no es lo que se hace, sino el hecho de que lo hacemos juntos.
Creo mucho en esta economía, pero tenga cuidado que no estropee su hermoso corazón ni su anima. Lleva un brillante futuro solo si su propósito sigue siendo el bienestar, la felicidad, y no el consumo.
Besos y buena suerte !
Muchas gracias por comentar, estoy totalmente de acuerdo con tus palabras.
Yo también creo que el consumo colaborativo puede ser muy útil para que muchas personas experimenten el compartir, la confianza en desconocidos y la conexión con los demás, valores que van más allá del simple consumo.
Sin embargo lo intangible, lo que no podemos medir ni explicar racionalmente es lo que realmente cuenta… y en esto no se puede creer, hay que experimentarlo, hay que sentirlo! : )
Un abrazo fuerte!
Tenemos relaciones solidarias en el barrio teniendo como pilares la bici el huerto las clases y la alimentación pacífica
Será maravilloso este sistema es como volver a confiar