Una de las claves para el éxito del Consumo Colaborativo es la creencia de la gente en los «bienes comunes» . En un viaje reciente por el sudeste asiático he podido observar de primera mano cómo las sociedades menos occidentalizadas (a las que nos referimos a menudo como «economías emergentes») se organizan de manera muy eficiente entorno a los «bienes comunes « y, a menudo sin que el dinero juegue un papel importante. Desde la vida en la calle en Hanoi, donde la gente utiliza las aceras para jugar a badminton, hasta las tribus del norte de Laos donde la fuente del pueblo mana agua constantemente y es el centro neurálgico de la vida diaria.
En muchos de estos entornos (tribales a veces) la idea de compartir está muy arraigada . Nadie comprará una escalera si sabe que un vecino tiene una y se la puede dejar. De forma habitual consideramos que los ciudadanos de estos países son más pobres que la gente de Madrid o Barcelona en términos económicos, pero a la vez hay que reconocer que disfrutan de un sentimiento de abundancia y seguridad que no tenemos la gente de entornos más «desarrollados» donde gran parte de nuestra vida diaria funciona sólo a base de dinero.
Durante el viaje he leído «All that we share – En field guide to the commons» que se centra precisamente en explicar la importancia de los «bienes comunes». En este artículo os destaco algunas de las ideas más importantes del libro y os animo a su lectura completa.
¿Qué son los «bienes comunes»?
Los bienes comunes es todo lo que compartimos, o que simplemente nos pertenece a todos. Los bienes comunes pueden ser regalos de la naturaleza (el agua, los bosques, el espectro radioeléctrico, etc.) o productos de la creación humana como Internet, parques, tradiciones artísticas o el servicio público de salud.
Los bienes comunes no aparecen en los balances porque (habitualmente) no producen ningún rendimiento económico pero sí producen satisfacción y calidad de vida. En general, las leyes y la economía no están preparadas para todo lo que no cae dentro de la visión limitada del intercambio de dinero.
Algunos autores como Silke Helfrich (a cargo de http://www.commonsblog.de ) describen los bienes comunes como una tercera vía que complementa la dualidad «propietario / no propietario» . Hay que ver los ciudadanos como participantes activos, co-propietarios, co-creadores y ciudadanos de sus comunidades con responsabilidades hacia los demás y hacia todos aquellos recursos compartidos. Mucha gente lo definirá simplemente como «sentido común».
El primer gran problema para hablar de los bienes comunes es la falta de un vocabulario adecuado, tanto en español como en otros idiomas. Al final del artículo encontrareis un mini glosario (en la web the OnTheCommons hay una versión más extendida ) pero todavía hay muchas carencias.
Hoy en día muchos de estos bienes comunes se encuentran amenazados por aquellos que quieren apoderarse de ella y sacar un beneficio individual.
«Los mercados» como ideología dominante
El progreso , que hace tiempo era visto como la expansión gradual de la igualdad social y las oportunidades, ahora se ve como la expansión continuada de la privatización y la desregulación en el entorno empresarial . Hoy en día parece que todo está en venta para el mejor postor: desde los nombres de los estadios hasta la secuencia del ADN que hace posible la vida.
Lo peor es que la privatización de los bienes comunes implica que las compañías toman valiosos bienes de lo que nos pertenece a todos. A su vez las compañías se deshacen de sus residuos (gases, líquidos o basura) en los bosques, ríos o la atmósfera que, de hecho, son bienes comunes. A menudo la descarga de los residuos no tiene ningún coste o con un coste mínimo para las compañías. El resultado: beneficios para las compañías y pérdidas para el resto de la gente.
Otro ejemplo del fanatismo al que ha llegado con la defensa de «los mercados» es el tratamiento mediático de las medidas que países como México, Venezuela, Ecuador o Bolivia han puesto en marcha para proteger sus bienes comunes (en muchos casos por parte de compañías extranjeras).
¿Por qué es importante actuar ahora?
Sociedades modernas, como la americana o la europea, están tan inmersas en la mentalidad de «los mercados» que cada vez resulta más difícil que los ciudadanos puedan imaginarse una sociedad basada en los bienes comunes o ni siquiera son conscientes de aquellos bienes comunes que están siendo amenazados en base a la defensa de las ideas de «los mercados». Mucha gente ha llegado a creer que «los mercados» son la única forma eficiente para organizar la sociedad.
El concepto de «nosotros» está desapareciendo. Estamos dominados por las ideas de «los mercados»: consumidor, propiedad, privado, acumulación y beneficio. Utilizamos estas ideas para organizar las relaciones con los demás ciudadanos.
Esta manera de pensar nos mantiene aislados, asustados y sobretodo en silencio. Es muy difícil conectar con los demás para descubrir las soluciones comunes a los problemas. La gente se cree sin capacidad para cambiar las cosas o para unirse con otros para conseguirlo.
Todavía hay muchas sociedades en una fase de «modernización» (como las del sudeste asiático). A menudo «modernización» significa que la gente pague por lo que antes recibía gratis.
El agua o los baños públicos como ejemplos de privatización
La botella de agua es uno de los símbolos más potentes de la privatización de los bienes comunes. En muchos lugares del mundo cuando te sientas en un restaurante te llevan un vaso de agua, no es el caso en muchas regiones de España donde lo normal es tener que pagar por una botella de agua (en el mejor de los casos te miran mal si pides un vaso de agua). En el libro se destacan numerosos casos donde la comunidad local se ha opuesto a grandes multinacionales ( Nestlé en muchos casos ) que querían apoderarse del agua para embotellarla y venderla. Recientemente los italianos han rechazado una ley para permitir a compañías privadas tomar el control del sistema público de agua.
En el año 2004 los ciudadanos de Uruguay fueron los primeros del mundo en declarar que todo el mundo tiene derecho al agua y se ha añadido a la Constitución del país . A nadie se le negará el derecho al agua por no poder pagarla.
Podéis ver el documental de «Story of Bottled Water» para conocer más detalles.
Otro caso similar al del agua, al menos en España, son los baños públicos que han ido desapareciendo de nuestras ciudades. Ahora hay que ir a un bar o un centro comercial para tener acceso a un baño público. En algunos casos hay lavabos públicos pero hay que pagar para acceder. Quizás tendremos que poner en marcha el proyecto conceptual de Consumo Colaborativo «CLOO» (Community Loo)
Viajando un poco por el mundo se puede observar que los aseos públicos se han mantenido como bienes comunes en muchos países, ya sea porque el país está poco «modernizado» o bien porque la cultura incluye una mayor conciencia de grupo, como puede pasar a Taiwán o Japón.
Una sociedad basada en los bienes comunes
Pasar a una sociedad basada en los bienes comunes implica un cambio de paradigma y revisar los principios fundamentales de nuestra cultura de arriba a abajo.
La «tragedia de los bienes comunes» es una idea que se popularizó con el artículo de Garret Hardin en 1968 en la revista Science. Se argumentaba que cuando la gente que comparte la tierra como bien común, ésta tiende a degradarse sin remedio ya que todo el mundo quiere obtener el máximo rendimiento. La tierra acaba siendo destruida. Los conservadores han usado este argumento para justificar la privatización de los bienes comunes para una mejor utilización de los recursos existentes.
Lo que no es tanto conocido es como Elinor Ostrom (la primera mujer a ganar el premio Nobel de Economía en 2009) ha demostrado a partir de ejemplos de todo el mundo (Suiza, Kenia, Nepal, Turquía, etc.) que con la existencia de mecanismos de control sociales que regulen el uso de los bienes comunes éstos no sufren ningún degradación ni destrucción y, por tanto, no hay ninguna necesidad de pasarlo a manos de propietarios privados.
Uno de los ataques más habituales a la idea de los bienes comunes es el de clasificarlo como comunismo, nada más alejado de la realidad:
- El comunismo (los del pasado y los pocos que quedan actualmente) no son sociedades basadas en los bienes comunes sino que funcionan con una planificación centralizada y burocracias jerárquicas para conseguir objetivos económicos impuestos por el estado.
- Por el contrario, una sociedad basada en los bienes comunes tiende a funcionar a una escala que permite la participación y la toma de decisiones de manera descentralizada . Se busca siempre proteger la transparencia, la igualdad social y otros valores que en un entorno burocrático y centralista no suelen proteger.
- Tampoco hay que confundir los bienes comunes con el sector público. De hecho, el estado es capaz de destruir los bienes comunes de forma tan eficiente como la economía de mercado. Los países comunistas son un buen ejemplo.
- Los bienes comunes pueden ser propiedades privadas, por ejemplo el bar del pueblo donde todo el mundo se encuentra. La categorización de bienes comunes reside más en el espíritu que en el hecho de que el objeto sea de propiedad privada (individual o de un grupo) o una propiedad pública.
También ha llegado el momento de replantearse la propiedad pública. Con la crisis de los bancos, parece que no hay otro remedio que el estado tome control de las compañías que tienen pérdidas. Con el mismo criterio debería ser visto como una buena idea que el gobierno gestione compañías que tienen beneficios para poder financiar algunos de los servicios públicos y ser más resistentes ante crisis económicas.
Un caso curioso en este ámbito es la Rothaus Brewery (fabricante de cerveza), que pertenece a la estado alemán de Baden-Württemberg y que no ha sido nunca privatizada pese a que los conservadores están en el gobierno desde el año 1948.
Creative Commons
Hasta hace pocos años un creador/artista sólo podía pensar en licenciar su trabajo con copyright (derechos de autor) tradicional o bien darlo al dominio público. En este último caso el autor perdía el control y, por ejemplo, una empresa podía apoderarse de ella y hacer dinero. Las historias de Disney son uno de los ejemplos más conocidos de apropiación de historias de dominio público para el beneficio empresarial.
Para resolver el problema, Lawrence Lessig , profesor de Derecho en Harvard, fundó en 2002 la organización Creative Commons . Al poco se crearon las «licencias Creative Commons» que permiten a los autores ofrecer el contenido gratuitamente pero a la vez controlar el uso de sus obras por parte de terceros. Si deseais conocer todos los detalles os podeis descargar el .pdf The Power of Open .
El logo del Creative Commons se ha convertido en un icono de la cultura de compartir.
Una de las mejores cosas de trabajar en el ámbito del Consumo Colaborativo es que la mayoría del contenido está disponible con licencia Creative Commons (este mismo blog es un buen ejemplo).
Hace pocos días Creative Commons ha puesto en marcha la campaña de donativos para el 2011
¿Qué puedo hacer yo para ayudar a los bienes comunes?
Conseguir una sociedad basada en los bienes comunes es un gran reto. Hemos sufrido como los gobiernos han favorecido de manera indiscriminada a las grandes empresas privadas. Con la crisis económica de los últimos años es posible que tengamos una buena oportunidad para fortalecer los bienes comunes. Es importante crear esta nueva sociedad paso a paso, cuando surjan las oportunidades. La visión debe ser: «cuando sea posible, proteger y fortalecer los bienes comunes».
A título personal, hay que pasar de la falta de acción habitual al «do-it-with-others» (DIWO) que es la versión colaborativa del «do-it-yourself» (DIY)
Al final del libro se dan 51 ideas para ayudar a fortalecer y expandir la idea de los «bienes comunes» , muy recomendable su lectura.
Gracias a las redes de comunicación existentes, las buenas ideas se expanden muy rápidamente. No ha habido ningún mejor momento en la historia para pensar globalmente y actuar locamente.
Para la defensa de los bienes comunes, como en la libertad en general, hay que estar alerta en todo momento. Se recibirán ataques por parte de individuos y empresas que quieren aprovecharse de los bienes comunes y también por parte del gobierno (sobre todo en tiempos de dificultades económicas o simplemente por la ideología de «los mercados») donde se reduce el apoyo a los bienes comunes y por tanto también su efectividad.
Mini glosario
Bienes comunes (Commons): Lo que compartimos. Creaciones de la naturaleza o la sociedad que nos pertenecen a todos de manera equitativa y que deben ser preservados para futuras generaciones.
Sociedad basada en los bienes comunes (Commons-based society): Una sociedad donde la economía, la cultura política y la vida en comunidad gira alrededor de la promoción de una diversidad de bienes comunes.
Soluciones basadas en los bienes comunes (Commons-based solutions): Innovaciones y políticas que resuelven los problemas ayudando a la gente a gestionar los recursos de manera cooperativa y sostenible.
Defensores de los bienes comunes (Commoners): Los que hacen uso de los bienes comunes y se dedican sobre todo a la defensa y restauración de los bienes comunes.
Referencias para más información
- En España no os perdáis Platoniq y su último proyecto Goteo.org
- http://comunes.org/es/blog/
- onthecommons.org
- shareable.net
- blog.p2pfoundation.net
- www.newdream.org